La Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología (DMQyV) es una especialidad que genera un interés creciente entre los estudiantes de Medicina, el cual aumenta una vez conocen mejor el papel del dermatólogo1. Llegado el período de posgrado y especialización, resulta destacable que, de forma más evidente en los últimos años, los puestos ofertados de médico interno residente de DMQyV han sido elegidos sistemáticamente por aspirantes con los primeros números de orden. No obstante, la mayoría de los egresados de las facultades de Medicina españolas optan por otras especialidades, siendo la de Medicina Familiar y Comunitaria la más numerosa (si se considera que en la convocatoria del examen de médicos internos residentes de 2021 se ofertaron 7.989 plazas, de las cuales 2.338, un 29,3%, eran de esta especialidad)2.

La carga de trabajo que implica la enfermedad dermatológica en Atención Primaria es alta3,4 y una importante proporción de estos pacientes son derivados desde este nivel asistencial a las consultas de Dermatología5. Por ello, resulta fundamental que la docencia pregrado de los futuros médicos de familia sea lo más sólida posible en las enfermedades más frecuentes que afectan a la piel, las mucosas y los anejos.

Los temas de las asignaturas clínicas que componen el Grado en Medicina están en constante actualización para incluir la última evidencia científica disponible. Se entiende, no obstante, que la composición y carga de los temarios son, en líneas generales, estables. Ello está en gran medida influido por el contenido continuista de los manuales y tratados de las disciplinas. Estos comúnmente infrarrepresentan algunas enfermedades que reciben una atención escasa en los eventos y las publicaciones científicas por diversos motivos, pero que tienen una alta incidencia, prevalencia y/o carga de morbilidad.

De este modo, una proporción significativa de médicos especialistas en DMQyV y, especialmente, los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria atendemos diariamente a pacientes con afecciones cutáneas muy frecuentes (enfermedades propias de la dermatología de Atención Primaria o de acceso directo sin filtro) que la docencia de pregrado puede no abordar o hacerlo de una forma excesivamente somera.

En el presente artículo pretendemos describir las características de la docencia de pregrado de Dermatología en las diferentes facultades de Medicina de España, analizar si los temas abordados y su carga docente relativa se ajustan a la casuística de la asistencia clínica real de médicos de familia y de dermatólogos generales de nuestro país y, finalmente, formular algunas propuestas de mejora.

Para responder a los objetivos se diseñó un estudio de corte transversal, con datos recabados durante el curso lectivo 2021-2022, de la docencia de la especialidad de DMQyV en España. Para ello se incluyeron datos provenientes de las guías docentes públicamente disponibles de las páginas web de los departamentos que englobaban la disciplina de DMQyV de las diferentes facultades de Medicina, así como de las notas de corte y el precio de la matrícula en el primer curso del grado (de los diferentes sitios web de los centros universitarios y de un portal de referencia de notas de corte6, si los anteriores no contenían todos los datos requeridos). En aquellos casos en los que fue imposible conseguir la guía docente o esta presentaba datos incompletos, se contactó con los coordinadores docentes que impartían la docencia de Dermatología.

Para comparar los datos de la carga relativa por enfermedades de los temarios, se seleccionaron como referencia el centro público al que se adscribe el tercer autor (ABE) y el centro privado del último autor (EN) del presente manuscrito, en ambos casos con temarios similares a los de otras facultades de Medicina. Ordenados los temas teóricos, se atribuyó una carga porcentual de tiempo relativa y aproximada a cada uno de los temas abordados, con una asignación de la mitad del porcentaje calculado cuando se había de contabilizar el abordaje en un tema de una enfermedad muy concreta (así, por ejemplo, a la hora de contabilizar la carga docente que supone el herpes simple, se asignó la mitad de la del tema correspondiente, infecciones víricas). Como estudios de referencia de casuística en la práctica habitual, se emplearon: para los médicos especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria, 2 artículos (uno de 1992 en el que se describían los diagnósticos de enfermedad cutánea más frecuentes en Atención Primaria4, y otro en el que se analizaban las derivaciones más frecuentes desde Atención Primaria a Atención Especializada de Dermatología5); para los médicos especialistas en DMQyV, el de DIADERM, impulsado desde la Fundación Piel Sana de la AEDV7.

En España hay 37 universidades públicas y 10 privadas que imparten el grado de Medicina. Algunas de las públicas tienen facultades con precios de matrícula, notas de acceso y características diferenciados en función de su localización (en una misma o en distintas provincias). La tabla 1 contiene sus datos básicos.

La nota de corte máxima requerida para ingresar en las facultades de Medicina de España en el curso 2021-2022 fue de 13,5. Aunque la mínima publicada (de 11,99) se correspondió con un centro privado, la mayoría de estos no exponen públicamente la nota requerida para el acceso al grado. Resulta también destacable la variación en el precio de la matrícula del primer curso del Grado en Medicina tanto en centros públicos (en función de la comunidad autónoma, con un mínimo de 757€ en Andalucía y un máximo de 1.660€ en Cataluña) como en centros privados (en un rango de 11.990 a 20.920€).

La tabla 2 describe las diferentes denominaciones de la asignatura en la que se imparten los contenidos de la especialidad de DMQyV, así como aspectos cuantitativos y cualitativos de su docencia. La mayor parte de las facultades imparten la asignatura en el segundo ciclo de la carrera, durante los cursos cuarto (21 facultades) y quinto (19 facultades). Lo más frecuente es que sea una asignatura semestral y con entidad propia (esto es, cuya docencia no está compartida dentro de la misma asignatura con otras áreas de conocimiento afines). La mediana de créditos universitarios (créditos ECTS, por European Credit Transfer and Accumulation System) es de 4,5, que corresponden a 125h oficiales de docencia (incluyen docencia activa y trabajo autónomo de los alumnos). Se imparten una media de 24 temas teóricos, 9 temas en seminarios y talleres. En términos generales, predominan las horas prácticas (considerando una media de 11h de seminarios y talleres a las que se añaden 20 de prácticas clínicas) sobre las teóricas (28h de media). Finalmente, atendiendo a lo reflejado en las guías docentes, las horas de trabajo autónomo y tutorías (media de 55) prácticamente igualan la suma de horas teóricas, de seminarios/talleres y de prácticas clínicas (con una media de 65).

La figura 1 describe la casuística (en forma de porcentaje relativo al número total de diagnósticos) de enfermedades declaradas en Atención Primaria y en Dermatología en diferentes series4,5,7. También deja ver en parte la estructura del sistema sanitario español, donde lo agudo, como herpes y micosis, se ve más frecuentemente en Atención Primaria (o por dermatólogos generales que reciben pacientes sin filtro) y a la atención predominantemente especializada llegan otras lesiones. El acné, las dermatofitosis y los cuadros de dermatitis supusieron las enfermedades cutáneas más frecuentemente diagnosticadas en Atención Primaria (correspondientes a un 41,5% de los diagnósticos atendiendo a los datos de la referencia4), mientras que las neoplasias benignas, malignas y las alteraciones de la piel (incluyendo la queratosis actínica) son las más comunes en Dermatología (37,3% de los diagnósticos de DIADERM7).

Figura 1.

Porcentaje relativo sobre el total de lesiones dermatológicas vistas o carga asistencial por enfermedades cutáneas. Datos de Atención Primaria (AP) y Dermatología agregados y modificados a partir de Ortiz et al.4, Castillo-Arenas et al.5 y Buendía-Eisman et al.7.

(0,22MB).

La figura 2 pone de manifiesto la divergencia entre la frecuencia de enfermedades (carga asistencial) y la carga docente relativa de los temas teóricos. Únicamente la carga docente de los temas de acné y neoplasias malignas de los 2 centros universitarios estudiados se aproximaron a la carga asistencial en la práctica habitual de los dermatólogos generales en España, no así de los médicos de familia.

Figura 2.

Porcentaje relativo de carga asistencial por enfermedades cutáneas según estudios de Atención Primaria (AP) y Dermatología, relacionado con el porcentaje relativo de carga docente según el temario teórico por enfermedades cutáneas de las facultades de Medicina de la Universidad de Granada y de la Universidad Católica de Valencia.

(0,33MB).

En el presente estudio se han descrito las características cuantitativas y cualitativas de las asignaturas de pregrado con contenido docente propio de DMQyV en España. Al comparar los temarios teóricos y la carga docente relativa de diagnósticos concretos con los de estudios anteriores de casuística de dermatólogos y médicos de Atención Primaria, se ha podido constatar que únicamente en 2 diagnósticos la carga docente se aproxima a la de la casuística de los dermatólogos generales.

Así pues, a tenor de los datos presentados, los diagnósticos de la enfermedad dermatológica de médicos de Atención Primaria y dermatólogos generales españoles están infrarrepresentados en la docencia teórica de las asignaturas con contenido propio de la especialidad de DMQyV en nuestro país.

No hemos encontrado otros trabajos científicos con una aproximación similar. Se han seleccionado diagnósticos y se han agrupado sus frecuencias en los 3 artículos de base española con planteamientos similares, tratando de lograr grupos diagnósticos comparables.

El estudio tiene fortalezas, como su relevancia, su aproximación -que creemos novedosa- y la recopilación de datos comparativos de los distintos centros con facultades de Medicina de España.

Somos conscientes de que la importancia de una enfermedad depende no solo de su frecuencia, sino también de su relevancia (morbimortalidad asociada), por lo que la metodología empleada podría tener limitaciones. Pero nos preguntamos: ¿qué busca una asignatura en la carrera? ¿Representar las áreas que un médico especialista debería cuidar más o capacitar al médico graduado (general y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria) en el reconocimiento y manejo básico de las enfermedades más comúnmente consultadas? Si se plantea como lo segundo, creemos que las consideraciones de morbimortalidad no resultan imprescindibles en la aproximación metodológica del trabajo. Aunque las 2 facultades elegidas tienen temarios teóricos muy parecidos a los de otras facultades, los temas y su carga temporal estimada no se ajustan totalmente a la realidad docente, a partir de cuyo día a día se podrían aplicar factores correctores por los seminarios, los talleres, las tutorías, la parte de trabajo autónomo por el estudiante y, por supuesto, las prácticas clínicas. En estas adaptaciones curriculares de la asignatura de pregrado consideramos esencial no dejar de tener en consideración la visión y opinión de los alumnos para acometerlas.

Una limitación de cara a la aproximación de la carga asistencial de la enfermedad cutánea en Atención Primaria ha sido el número escaso de estudios que permitan estimarla en este entorno. Por ello, consideramos que se deberían repetir periódicamente estudios similares a los de DIADERM8, cuyos datos se recogieron en 20167 y cuya metodología se podría aplicar a estudios en otras especialidades, como la de Medicina Familiar y Comunitaria. Estudios como los de DIADERM han permitido conocer las derivaciones evitables en la sanidad pública de Atención Primaria a Dermatología9, si existen variaciones estacionales en los diagnósticos10, cómo se han aplicado las teleconsultas11 y las dificultades en la codificación de diagnósticos dermatológicos12, trabajos que se podrían replicar de forma muy aproximada a otras especialidades. También han permitido conocer la dimensión de parcelas con gran peso actualmente en la especialidad de DMQyV, como la oncología cutánea13, y algunas menos representadas en la mayoría de los entornos, como las enfermedades anogenitales y las venéreas14.

La carga docente teórica infrarrepresenta en gran medida las enfermedades cutáneas más comúnmente consultadas en Atención Primaria. Creemos que los graduados en Medicina deberían estar capacitados en el reconocimiento y manejo básico de las enfermedades más frecuentemente consultadas en medicina general y de Atención Primaria. Considerando que las consultas de médicos generales, rurales y de especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria reciben entre un 2,5 y un 20% de consultas relacionadas con enfermedad cutánea, resulta oportuno reevaluar qué contenidos deben adquirir o recuperar una mayor representación en la carga docente de la asignatura de Dermatología.

Por ello, con base en los resultados obtenidos, consideramos óptimo incrementar, idealmente mediante metodologías de apoyo a la docencia teórica (como seminarios, talleres, estudios del caso, tutorías, trabajo autónomo guiado, etc.), la carga lectiva referida a cuadros de dermatitis, dermatosis infecciosas, acné, psoriasis, urticaria y, finalmente, las neoplasias benignas y su diagnóstico diferencial con las malignas.

Replantear la carga docente por temas, o la aplicación de correcciones en contenidos alternativos a las clases teóricas, redundaría en una mejor docencia, más ajustada a la realidad que encontrarán tras graduarse, y a una más adecuada orientación y atención a los pacientes a los que tengan oportunidad de asistir.

El presente trabajo se presentó durante la V Convocatoria de Proyectos de Innovación Docente de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir y recibió una beca que contribuyó a completarlo.

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.