Un total de 100 alumnos fueron incluidos en el estudio, 66 mujeres y 34 varones. La nota media del expediente de los alumnos que participaron fue de 7,29/10. Inicialmente, solo el 23% de los alumnos pensaba que era importante la asistencia a clase, mientras que al finalizar el curso el 69% consideraba importante la asistencia, con un incremento estadísticamente significativo (p<0,001). El 66% tenía buenas expectativas antes de cursar la asignatura sobre la dermatología, y en la encuesta final el 92% cubrió sus expectativas satisfactoriamente. Lo que más les gustó a los alumnos de la asignatura fueron los métodos docentes y el profesorado (65%). Lo que menos gustó fue la distribución de los parciales (16%) y la escasez de prácticas (13%).

Más del 90% de los estudiantes consideraban que la dermatología era fundamental para la formación integral de un médico. Antes del inicio de la asignatura, un 43% de los alumnos barajaban entre sus opciones de futuro laboral la dermatología. Esta cifra ascendió de manera estadísticamente significativa alcanzado un 78% (p<0,001). Los alumnos fueron preguntados sobre una nociones y estigmas de la dermatología (tabla 1), y sobre su opinión acerca de los dermatólogos (fig. 1). En la encuesta inicial los alumnos consideraban que la ausencia de guardias (27%), la calidad de vida (19%) y el salario (17%) eran los principales motivos por los que la dermatología es una especialidad de las más demandadas en el MIR. Al finalizar el curso, los alumnos cambiaron de opinión (p<0,001) y consideraron que el principal motivo de elección de la dermatología como especialidad era porque es una especialidad muy interesante y variada (27%), además de por la calidad de vida (12%) y la ausencia de guardias (12%).

Figura 1.

Opinión sobre los dermatólogos: A) antes del inicio del curso; B) tras finalizar el curso.

(0,19MB).

En los programas de formación MIR se ha puesto en evidencia que los residentes reclaman un seguimiento más estrecho por parte de sus tutores5. Asimismo, en las universidades, es importante conocer las expectativas y las experiencias de los alumnos antes y después de cursar la asignatura porque las directrices actuales recomiendan que los profesores universitarios tienen que ser mediadores entre sus alumnos y su aprendizaje6.

Más de la mitad de los graduados en medicina ejercerán su actividad asistencial como médicos de familia. Dado que las consultas por motivos dermatológicos son frecuentes, es necesaria una buena formación en esta disciplina, debiendo enfatizar y profundizar en esta rama de la medicina, tanto durante su formación como en la etapa de especialización; ya que en algunos estudios realizados sobre la formación de médicos de familia se observa que se podría mejorar su preparación en dermatología7–9.

Asimismo, es importante destacar el cambio de percepción de los alumnos sobre las enfermedades dermatológicas y la dermatología tras cursar la asignatura. La satisfacción de los estudiantes con la dermatología también se ha puesto en evidencia en estudios similares realizados en California10. Una creencia errónea es que los dermatólogos solo diagnostican enfermedades cutáneas de manera superficial, y que los pacientes dermatológicos solo padecen prurito o el escozor. Tras cursar la asignatura los alumnos descubrieron que realmente la dermatología es la expresión externa de muchas enfermedades, ya que en la piel se van a ver reflejadas muchas alteraciones del organismo11. Además, a diferencia de otras enfermedades, las alteraciones de la piel son visibles y el paciente dermatológico sufre una gran estigmatización con importante impacto en su calidad de vida12,13.

En conclusión, en este estudio se observa que tanto la opinión de la dermatología como asignatura, así como la percepción sobre la especialidad y la figura del dermatólogo mejoran tras realizar el curso.