El Museo Olavide ha pasado a través de su historia por etapas dispares de esplendor y olvido. La AEDV ha comenzado desde hace 5 años una tarea ardua y costosa para poder recuperar las figuras existentes en este museo y devolverle la importancia que tuvo a finales del siglo XIX y principios del XX.

En este artículo de opinión intentaremos resumir el momento actual en que se encuentra el Museo Olavide, y las posibles medidas a realizar para conservar y promocionar lo que supone un orgullo para los dermatólogos españoles y una fuente inagotable de información de la Historia de la Dermatología española.

El 26 de diciembre de 1882 se inaugura el Museo del Hospital San Juan de Dios, denominándose “Museo Anatomo-patológico, cromo-litográfico y microscópico del Hospital San Juan de Dios”, aunque existen datos de que en los años setenta ya funcionaba el laboratorio micrográfico por iniciativa de los Dres. José Eugenio Olavide y Eusebio Castelo Sierra. Aunque no existen datos fehacientes, creemos que este fue el comienzo para que las figuras de cera moldeadas por el escultor Zofío fueran expuestas dentro de un marco museístico variado. Con el tiempo, dicho museo se fue poco a poco desintegrando, hasta que con el traslado del Hospital de San Juan de Dios a la calle Dr. Ezquerdo, en 1897, solo quedaron las figuras de cera y documentación variada sobre ellas. A la muerte del Dr. Olavide, en 1901, el museo recibe el nombre de “Museo Olavide”.

Este museo estuvo en plena actividad hasta el final de nuestra Guerra Civil, en 1939, comenzando un declive hasta su cierre y desaparición en 1966. Durante este tiempo el museo gozó de un merecido prestigio, siendo visitado y citado en numerosas publicaciones de la época sus escultores, principalmente Zofío, que gozaban de alto prestigio mundial. Como datos de interés deberemos citar que dicho museo se inauguró con anterioridad al de Sant Louis de París, que fue inaugurado con motivo del I Congreso Internacional de Dermatología en 1889, y al que el Museo Olavide llevó 90 figuras que fueron elogiadas por personalidades como Kaposi, Boeck, Morris, etc.

Otro hecho importante que indica el valor de este museo se produce en 1919, cuando el Dr. Florestan Aguilar organiza la Exposición Internacional de Medicina en el Palacio de Cristal de Madrid, exponiéndose una serie de figuras que llaman poderosamente la atención hasta el punto de que la delegación alemana ofrece la cantidad de 30 millones de pesetas por las figuras expuestas, cantidad muy importante, y más cuando en esa época Alemania contaba con grandes museos de cera (Dresde, Múnich, Berlín) que posteriormente fueron destruidos en la Segunda Guerra Mundial.

Anecdóticamente este museo fue visitado durante la Guerra Civil por soldados de reemplazo para que pudieran observar los estragos de las enfermedades venéreas, las cuales en esa época causaban más bajas que las balas del enemigo.

También un 27 de diciembre de 2005 (la inauguración fue el 26 de diciembre de 1882), después de años de búsqueda e investigaciones, se encuentran en un sótano a derribar en el Hospital del Niño Jesús las cajas que en 1966 el último escultor, Rafael López, había embalado para su conservación. Durante estos más de 40 años múltiples vicisitudes han ocurrido con las figuras del museo, hasta su último traslado al Hospital del Niño Jesús. Disponemos de pocos datos oficiales de los diversos traslados y ubicaciones, lo que sí se sabe es que al desaparecer el Hospital San Juan de Dios para la construcción del Hospital Francisco Franco, las figuras pasaron a edificios colindantes pertenecientes a la Diputación, como era el Colegio de La Paz, habiendo encontrado un documento gráfico del mal estado en que se encontraban las cajas, y algunas figuras fuera de las cajas y desperdigadas por el suelo.

Durante este tiempo diversos dermatólogos investigaron e hicieron lo posible para que este “tesoro” de la Dermatología española no desapareciera o se dispersara por el territorio nacional; destacaremos el papel realizado por el Dr. Lázaro, quien desde su cercanía al lugar donde se encontraban la figuras, luchó con escaso éxito para la recuperación de las figuras, y especialmente para que no desaparecieran. De esta forma, junto con el Prof. García Pérez, consiguió que en 1987 unas 20 figuras fueran expuestas en el marco del XI Congreso Ibero-Latino-Americano de Dermatología de Madrid. Por esa época el Prof. Calap consiguió una autorización de la Comunidad para poder retratar una serie de figuras para una tesis dirigida por él y realizada por el Dr. JJ. Padrón en 1990. El profesor García Pérez, verdadero impulsor de esta recuperación, no pudo ver el desenlace feliz del proyecto en el que puso mucho cariño e interés durante sus últimos años de vida.

Por motivos que desconocemos el Prof. Reverte, director del antiguo Museo de Antropología Médica y Forense de Madrid, consiguió entrar en contacto con la Comunidad de Madrid y recuperar y restaurar un número importante de figuras con la colaboración de restauradores diversos, entre los que destacan los actuales Amaya Maruri y David Aranda. Estas figuras estuvieron durante unos años expuestas en dicho museo, y fue lo que nos motivó el seguir indagando para conseguir llegar al “núcleo” principal del museo.

¿Qué ha ocurrido en este tiempo? Las diversas Juntas directivas de la AEDV supieron desde el primer momento dar la importancia que tenía este descubrimiento y el valor histórico-cultural que suponía para la Dermatología española. De este modo, la Junta presidida por el Prof. Díaz Pérez dio comienzo a toda la ayuda posible para que la recuperación y restauración de las figuras y documentación encontrada fuera posible, y tras diversas negociaciones se consiguió que el Prof. Reverte cediera las figuras y nos indicara la fuente de procedencia de las mismas, que ayudó a la definitiva localización del lugar donde se encontraban almacenadas.

Posteriormente la Junta, presidida por el Prof. Julián Conejo Mir, proporcionó el impulso definitivo para que el Museo Olavide figurara entre los objetivos principales de la AEDV, y finalmente la actual Junta, presidida por el Prof. José Carlos Moreno, ha seguido manteniendo el apoyo aun en condiciones económicas difíciles.

Desde el punto de vista administrativo y de supervivencia del Museo ha ocurrido un hecho de gran importancia, y es la creación de la Fundación de la AEDV, en la cual se encuentra el Museo Olavide desde diciembre del 2009, siendo uno de los fines principales de la Fundación. Con ello ha sido posible la contratación de los magníficos conservadores/restauradores (Amaya Maruri y David Aranda), que son los verdaderos artífices de la restauración de las figuras.

¿Qué más se ha hecho en estos 5 años? Sería difícil enumerar todas las acciones realizadas, pero destacaríamos el haber conseguido (gracias al Dr. Jerónimo Maqueda, director de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo) de forma gratuita la cesión de un local de 100 m en la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo (Pabellón 8) y su acondicionamiento (temperatura, humedad, luminosidad, material de ofimática) para que figure como Taller del Museo Olavide, donde los restauradores pueden realizar la labor diaria de restauración y catalogación de cada una de las figuras, existiendo en la actualidad más de 400 restauradas y catalogadas.

En este taller existe una pequeña exposición de figuras restauradas y en fase de restauración. Es visitado por médicos y estudiantes, así como por particulares, destacando visitas programadas de médicos extranjeros, especialmente hispanoamericanos. Las visitas son guiadas y explicadas por los restauradores, teniendo un apoyo audiovisual. Es de destacar este año la visita de un grupo de Dermatólogos MIR durante su Congreso anual realizado en Madrid.

Actualmente tenemos varias visitas programadas, y en especial la del 14 de enero, de estudiantes de Medicina y enfermería de la Molloy College de Nueva York.

Otra labor importante que se está realizando es la catalogación de la documentación encontrada en las cajas (Atlas de Olavide en fascículos, láminas originales de Olavide, diversos libros de historias clínicas del Museo y de San Juan de Dios, etc.).

El almacenamiento de las figuras restauradas, así como las numerosos cajas sin abrir, ha sido un grave problema, ya que estaban almacenadas en condiciones no muy favorables en el local de la AEDV de Santísima Trinidad. Últimamente al venderse este local hubo que habilitar un almacén para depositar todo este material; esto se ha conseguido negociando con los compradores del local, que han cedido un espacio que ha sido acondicionado con regulación de temperatura, humedad y con sistema de alarma, por lo que en el momento actual la seguridad de las figuras restauradas y por restaurar está asegurada.

El Museo durante este tiempo ha sido fuente de diversos trabajos publicados especialmente en Actas1–4 pero habría que destacar que ya se ha realizado una Tesis Doctoral con el material existente por el Dr. Felipe Heras “Figuras e historias clínicas del Museo Olavide: estudio dermatológico”5,que ha merecido la calificación de “sobresaliente cum laude” y está seleccionada para el premio anual a la mejor Tesis Doctoral de la Universidad Autónoma de Madrid. Asimismo, la publicación de un libro “Piel de cera”6 en el que en diversos capítulos se describe el Museo, su recuperación, los escultores y los dermatólogos más importantes de finales del siglo XIX y comienzos del XX (Olavide, Azúa, Sánchez Covisa, Sainz de Aja y Bejarano). En los congresos de la ESHDV de 2008 (París) y 2009 (Berlín) se han presentado comunicaciones y pósters relacionados con el Museo Olavide.

Otra de las misiones principales del Museo es darlo a conocer al mundo médico y cultural, por lo que se han realizado exposiciones en los Congresos Nacionales de la AEDV realizados durante este periodo; la primera fue en mayo de 2006 en Madrid, donde se hizo la presentación del Museo a los dermatólogos con más de 50 figuras y posteriormente se realizaron exposiciones en los Congresos de Granada en 2007 y Barcelona en 2008.

En el Congreso de Madrid del 2009, en el que se celebraba el centenario de la creación de la AEDV, existía el proyecto de realizar una gran exposición como homenaje a Olavide y a su Museo que siempre estuvo en Madrid, pero la anterior Junta directiva de la Sección Centro no creyó oportuna su realización, dándose la paradoja de que siendo Olavide y el Museo de implantación madrileña, no pudiera realizarse exposición alguna en la ciudad de ubicación de ambos.

Sin embargo, en marzo del 2009 la regional de Murcia, presidida por la Dra. Brufau y con la colaboración del Dr. Frías, el Dr. Clemente y el resto de dermatólogos de la regional, quisieron celebrar el centenario de la creación de la AEDV con una gran exposición del Museo Olavide. Se celebró en el Archivo General y constituyó un acontecimiento médico-cultural en la ciudad, con la asistencia del Presidente de la Comunidad y altos representantes de la sociedad cultural y académica de la Comunidad Murciana (tabla 1 y fig. 1).

Figura 1.

Vista general de la Exposición Murcia 2009.

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Fuera del ámbito dermatológico hemos creído que el Museo debe ser un elemento cultural-histórico emblema de la Dermatología española, por lo cual en los ambientes culturales y artísticos debería existir una representación de él, por ello de acuerdo con la Junta directiva de la AEDV, 18 figuras representativas de las más diversas enfermedades dermatológicas están en calidad de préstamo-colaboración desde el 3 de noviembre de 2008 en el Parque de las Ciencias de Granada (tabla 2).

A finales de 2009 el Presidente de la Real Academia Española de Medicina (RAEM), el Prof. Díaz Rubio (que había quedado impresionado en su visita al taller del Museo con anterioridad), nos solicito que para la celebración del 275 aniversario de la fundación de la RAEM realizáramos la exposición inaugural con 13 figuras seleccionadas y documentación. Esta se celebró a principios del año 2010, siendo un éxito durante los 2 meses que estuvo expuesta (tabla 3).

Finalmente este año el Museo Olavide ha realizado su segunda exposición fuera de España (la primera fue en 1889 en París, con motivo del I Congreso Internacional de Dermatología): ha sido en Londres en el prestigioso Museo Wellcome, en la exposición denominada “SKIN”. El comisario de la exposición, Javier Moscoso, Prof. de Historia e Investigación del CSIC, visitó diversos museos europeos, entre ellos nuestro taller, y de todos ellos seleccionó tres figuras nuestras para que estuvieran representadas en la exposición. A la inauguración el 9 de junio asistimos el director del Museo junto los restauradores, siendo un acontecimiento en el mundo cultural londinense. Posteriormente el 19 de septiembre la junta directiva de la AEDV, junto con el director del Museo y los restauradores, asistimos a una vista guiada por el comisario de la exposición, Don Javier Moscoso (tabla 4, figs. 2-4).

Figura 2.

Miembros de la AEDV en la visita a la Exposición SKIN. Londres 2010.

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Figura 3.

Vista de una sala de la Exposición SKIN. Londres 2010.

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Figura 4.

Vista de una sala de la Exposición SKIN. Londres 2010.

(0,15MB).

Según datos de la organización el éxito ha sido muy grande, con más de 300.000 visitantes durante los 3 meses y con críticas excelentes de periódicos tan importantes como Daily Telegraph, The Guardian y artículos en las revistas médicas Science y British Journal of Medicine.

En la actualidad estamos en conversaciones con el CSIC, Parque de la Ciencia de Granada y Caixa Fórum para realizar un exposición monográfica durante el año 2011.

La recuperación del Museo Olavide ha supuesto un gran acontecimiento para la Dermatología española, y hoy día figura como una de las prioridades de la Fundación AEDV. Este Museo se fundó a finales del siglo XIX con una función meramente didáctica, para la enseñanza a los futuros médicos de la ciencia de la Dermatología.

La fotografía aún no ha logrado conseguir el impacto de realidad que contienen estas figuras en tres dimensiones, donde además de verse el color, pueden apreciarse los relieves y las texturas de las lesiones de la piel, que la cera, por su plasticidad, imita a la perfección. De hecho, actualmente, en algunos países como EE.UU. y Alemania, donde la tecnología médica está muy avanzada, se ha vuelto otra vez a los orígenes, creando nuevos modelados, esta vez con materiales más modernos y utilizados incluso en medicina, como por ejemplo el alginato, resinas y las siliconas.

Estas piezas constituyen una verdadera ventana al pasado, ya que contienen gran cantidad de información, y no sólo médica: las vidas de personas reales quedaron allí impresas, redactados sus usos y costumbres, plasmados sus miedos y anhelos. El historial médico contenido en la parte de atrás de la figura —fotografía el paisaje de una época, del siglo XIX, yde España—lo hace a través de un lenguaje sencillo, directo y altamente sugestivo que nos hace mirar al paciente a través de los ojos del médico y a su vez, participar en la realidad del enfermo.

El singular carácter de las piezas también las hace apropiadas para una exhibición más artística, e incluso humanística, como es el caso de la exposición “SKIN”, que se ha celebrado recientemente en Londres y que realiza un recorrido por la historia, ciencia, arte y filosofía a través de la piel.

Así, las posibilidades son grandes. Desde la ciencia hasta el arte, desde la historia hasta la filosofía, sin olvidar la utilización para fines pedagógicos… Pero, ¿cómo concretar todas esas posibilidades, cómo dirigir ese esfuerzo?

Debido a la gran cantidad de figuras encontradas y al trabajo que todavía queda por realizar en cuanto a recuperación, restauración y catalogación de las mismas, sería interesante que el Museo Olavide estuviese adscrito a un organismo público. Actualmente estamos negociando la posible integración al futuro Museo de la Medicina de la RANM (Real Academia Nacional Medicina), donde estuviera el “grueso” de las piezas y se pudiera instalar el Taller para llevar a cabo la actividad de recuperación y conservación a puertas abiertas si es posible.

En esta opción la AEDV seguiría manteniendo la titularidad de la colección, esta estaría expuesta en el futuro Museo de la Medicina de forma permanente, en calidad de depósito, mientras que el resto de las piezas estuvieran en continuo movimiento, bien sea a través de préstamos temporales a otras instituciones, bien en exposiciones, conferencias, congresos…

De esta manera, se tendrá un lugar reconocido y público para la ubicación de la colección para aquellos que deseen visitarla, además de un continuo movimiento de la misma a través de distintos soportes para su conocimiento y difusión, y con ello, el conocimiento y la difusión de la AEDV.

Tenemos que hacer comprender al público este nuevo concepto de museo, cuya parte de su colección puede ser visitada en un lugar fijo (por ejemplo la RANM), pero no toda, ya que el Museo Olavide está vivo, en continuo movimiento. Es como si estuviera en todas partes y en ninguna a la vez y pudiera verse en cualquier sala de museo, en cualquier conferencia, en cualquier exposición.

¿Como financiar todo proyecto? debemos partir de que la crisis económica también ha afectado a la cultura y especialmente a los museos. Las ayudas estatales escasean incluso para los grandes museos que tiene numerosas obras de arte almacenadas sin poder restaurar, o incluso sin poder exhibir por falta de medios económicos, llegando el caso de que museos de gran categoría tienen que vender obras de gran valor artístico para poder sobrevivir; por ello resultaría una quimera pensar que con fondos públicos se podría mantener el museo.

Las fundaciones pueden ser una fuente de financiación, pero actualmente están pasando un mal momento económico, y la mayoría de ellas están comprometidas con grandes proyectos museísticos y culturales. Los laboratorios farmacológicos fueron una ayuda en el comienzo de la recuperación de las figuras, pero posteriormente la crisis ha hecho que esta ayuda que en principio fue muy ilusionante haya quedado en ser simplemente simbólica.

Peticiones de ayuda se han hecho a todo tipo de Organismos oficiales relacionados con la Medicina, y la respuesta ha sido descorazonadora. Por poner un ejemplo el Colegio de Médicos de Madrid no sólo negó cualquier tipo de ayuda, sino que quiso cobrar una cantidad abusiva para la realización de una exposición en su sede con motivo del centenario de la AEDV, con el agravante de que además nos teníamos que hacer cargo de todos los gastos que la exposición conlleva (seguros, transporte, vigilancia, etc.)

Muchos dermatólogos se preguntan si las exposiciones que se han hecho han aportado algún tipo de beneficio económico. Lamentablemente hasta la fecha no ha sido así. Únicamente hemos conseguido que la entidad o museo que organiza la exposición asuma los gastos que se derivan (transporte, embalaje, seguros…). Solamente hemos podido aprovechar el material de embalaje en algunos casos, que puede ser de utilidad para la conservación de las figuras.

Eso sí, consideramos importante mencionar en este apartado la creación de la marca Museo Olavide como proyecto a medio plazo. La creación y registro de una marca como la de Museo Olavide ayudará a concretar y definir la existencia del Museo, ya que no existe un lugar físico como tal que pueda llamarse Museo Olavide (recordemos que la colección en depósito en la RANM, por ejemplo, se integra como una colección más dentro del futuro Museo de la Medicina, no como un Museo Olavide).

La marca también contribuiría a promover el marketing, y por tanto la difusión del Museo. Así, se podrían “crear” nuevos objetos como camisetas, tazas, agendas… con un diseño atractivo a partir del producto Museo Olavide y comercializarse a través de los principales canales de distribución (no sólo encontrarlos en las tiendas de los museos), como establecimientos, centros comerciales e Internet, además de contar con las publicaciones médicas y especializadas ya existentes. De esta forma, se podría combinar una actividad más generalizada abierta al gran público, con otra más específica que abarcara al sector médico y concretamente al sector dermatológico.

La creación de una marca es, sin embargo, un proyecto lento, que requiere nuevas inversiones de capital humano y económico, además de un buen soporte y un cuidado marketing para transmitir el mensaje, con todos sus matices y en su totalidad, de lo que realmente significa el Museo Olavide.

Estas y otras muchas ideas que van creciendo día a día con cada nuevo paso, configuran el futuro de un gran museo todavía por descubrir. Es vital que pongamos los medios y esfuerzos necesarios, pero sobre todo lo mejor de nosotros mismos, ante esta nueva etapa que se nos abre para devolver la plenitud a un museo vivo, activo y fascinante como es el Museo Olavide.

En un comienzo se hizo un llamamiento a todos los dermatólogos para realizar una donación voluntaria para formar parte de “Los amigos del Museo Olavide”, enviándose un diploma de dicha asociación, pero la idea no tuvo una repercusión importante, pues no llegaron a 40 los dermatólogos que colaboraron.

Otra solución sería la aprobación en Junta Directiva de una derrama anual en la cuota de la Academia de 10 a 20 € por dermatólogo, lo cual supondría 20.000 o 40.000 € anuales que se aplicarían al mantenimiento del museo en forma de realización de cajas nuevas, material inventariable, etc. Pero esta propuesta en un principio de 10 € anuales por dermatólogo fue rechazada, por considerarse, sorprendentemente, muy gravosa para los dermatólogos (¡¡10 € anuales!!).

Finalmente tendríamos que decir que el futuro del Museo Olavide estaría en manos de los dermatólogos y sería el que todos nosotros quisiéramos que sea.