Los datos arrojados por el estudio de Magdaleno-Tapial et al.1 obligan a hacer una reflexión acerca del manejo actual de los pacientes con uretritis.
Por una parte, encuentran una frecuencia total de aislamientos de Haemophilus spp. en pacientes con uretritis superior a la recogida en otros estudios de diseño similar y en ámbitos geográficos parejos2. Y aún más importante que la frecuencia total, es el alto porcentaje de casos en los que Haemophilus spp.es la única especie aislada. Esto nos lleva a posicionar a este agente como actor principal en esos casos de uretritis, y no como actor secundario o mero figurante como se le consideraba no hace mucho tiempo.
Y, por otra parte, llama la atención el perfil de sensibilidades y resistencias antibióticas encontradas, que pondría en cuestión la utilidad de los tratamientos empíricos de primera línea recomendados para las uretritis no gonocócicas, como ya se había visto en algún artículo reciente al respecto3. Es más, quizá la actual clasificación en uretritis gonocócicas y no gonocócicas se esté quedando obsoleta en cuanto a su practicidad, ya que estos casos de uretritis por Haemophilus spp., que supondrían un porcentaje nada desdeñable de uretritis no gonocócicas, presentan una clínica florida como las uretritis gonocócicas y una tasa elevada de resistencias a los antibióticos de primera línea para uretritis no gonocócicas.
Dadas las diferencias entre los distintos artículos publicados, y las importantes implicaciones que los resultados presentados podrían tener en el tratamiento de las uretritis, es necesario llevar a cabo un estudio prospectivo y multicéntrico, con el suficiente poder estadístico como para poder establecer unas pautas actualizadas de tratamiento antibiótico empírico. Animamos a los autores a dirigirlo, quizá bajo el auspicio del Grupo Español de Investigación ITS-SIDA de la AEDV.