La exposición a la radiación ultravioleta (UV) está asociada con la incidencia de melanoma y cáncer de piel no melanoma1,2. Se estima que 90% de los cánceres de piel se pueden prevenir utilizando una protección solar adecuada, usando sombreros y ropa protectora, y evitando el sol durante las horas de mayor incidencia1. Ciertos grupos de trabajadores tienen un mayor riesgo de exposición a la radiación UV, como los pilotos de avión, los jardineros y los socorristas, entre otros3–5.

El objetivo principal de este estudio fue medir la exposición de los socorristas de las playas de Barcelona a la radiación UV durante una jornada laboral. A partir de estos datos, estimamos la radiación UV media diaria recibida durante toda una temporada de verano en Barcelona junto con la producción de vitamina D.

Este estudio fue realizado por dermatólogos del Hospital Clínic y socorristas de las playas de la ciudad de Barcelona. Además, participaron socorristas de la empresa «Pro Activa Serveis Aquatic».

Se midió la radiación recibida por los socorristas en su lugar de trabajo. Utilizaron la silla de vigilancia look out fabricada por Esteva® (fig. 1), con un parasol en la parte superior. Las mediciones de la radiación UV se realizaron con el Solameter 5.0®, útil para medir tanto los rayos ultravioleta A (UVA) (320-380nm) como los ultravioleta B (UVB) (280-320nm).

Figura 1.

Silla de vigilancia look out fabricada por Esteva®.

(0,27MB).

Las mediciones se llevaron a cabo por los socorristas en cuatro puestos de trabajo diferentes en playas de la ciudad de Barcelona, cada 30 minutos desde las 10:45 hasta las 19:15, registrándose un total de 18 mediciones. La radiación recibida se midió en cuatro días diferentes. Además, se realizaron en seis posiciones diferentes de la silla del socorrista: brazo izquierdo, brazo derecho, respaldo, reposapiés, base del asiento y peldaño superior de la silla. Se midió la radiación directa al sol, así como en 90° al sol.

La orientación de la silla se determinó mediante una brújula. Se registró la temperatura máxima del día. La evaluación meteorológica en cada medición fue: soleado, ligeramente nublado o parcialmente nublado.

A partir de los datos obtenidos de la medición y considerando el correspondiente valor máximo del índice UV para ese día en condiciones de cielo despejado, se calcularon las dosis de radiación necesarias para el desarrollo de eritema y la producción de vitamina D en cada uno de los puntos de medición de cada estación de trabajo, y se registraron los valores medios. A partir de la radiación UV recibida se determinaron los niveles de exposición a la luz UV, la dosis eritematosa mínima (DEM) y también el potencial de formación de vitamina D.

La DEM es la dosis de radiación UV necesaria para provocar una respuesta cutánea eritematosa mínima en las 24 horas siguientes a la exposición y varía en función del tipo de piel establecido en la escala de Fitzpatrick6.

Se calculó la dosis total que recibiría un trabajador en diferentes horas de trabajo y la DEM total recibida durante la jornada laboral. También se determinó la DEM potencial durante el periodo de abril-octubre suponiendo que la exposición solar había sido continua durante las horas de trabajo.

Los datos fueron analizados por un experto fotobiólogo de la Universidad de Málaga. Todos los análisis se realizaron con el programa SPSS (software IBM SPSS Statistics versión IBM SPSS Statistics 27.0).

Dos socorristas registraron las dosis de radiación recibidas en cuatro puestos de trabajo diferentes, en cuatro días distintos.

En la tabla 1 se muestra la radiación recibida en diferentes puntos de la silla del socorrista cada 30 minutos, durante la jornada laboral completa en cuatro días diferentes. En la tabla 2, se muestra la DEM y la producción de vitamina D en cada uno de los puntos de medición de cada puesto de trabajo, representando los valores medios. Por ejemplo, los socorristas del puesto 3 con fototipo II recibieron 16,39 veces más radiación de la necesaria para producir eritema en el brazo derecho. Además, se observa que, de acuerdo con la radiación UV de ese día, la exposición directa al sol (fuera de la silla de trabajo) hizo que los socorristas con fototipo II recibieran 22,8 veces la radiación necesaria para producir eritema.

Se calculó la dosis total que recibiría un trabajador durante una hora de trabajo en los diferentes periodos del año, así como la DEM total recibida durante toda la jornada laboral, tal y como se muestra en la tabla 3. Estos cálculos se realizaron a partir de los valores medios estimados en las distintas posiciones en cada uno de los puntos de medida. Podemos observar que en el periodo julio-agosto un socorrista con fototipo II recibirá 0,92 veces la DEM en una hora de trabajo. Además, recibirán 415,71 veces el DEM durante todas las horas trabajadas de marzo a septiembre.

La figura 2 muestra los ciclos diarios del índice UV del día 15 de cada mes, entre abril y octubre, en la costa de Barcelona. Los valores máximos corresponden siempre aproximadamente a las 14:15 horas de cada día.

Figura 2.

Ciclos diarios del índice UV del día 15 de cada mes entre abril y octubre en la costa de Barcelona. Los valores máximos corresponden siempre a 14,15, aproximadamente.

UV: ultravioleta.

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En la tabla 4 se muestran los diferentes ciclos diarios de exposición solar eritematosa y se analizan los datos de exposición potencial para las diferentes franjas horarias y la media total acumulada del día 15 de cada mes.

En los fototipos II y III se muestran los minutos necesarios para producir la DEM y la vitamina D en cada mes, así como la DEM recibida por hora según el mes del año y el fototipo. Por ejemplo, en julio, los socorristas del fototipo III tardan 25,9 minutos en alcanzar la DEM y 6,5 minutos en producir la vitamina D.

La tabla 5 muestra los valores de la DEM para los socorristas de fototipo II. Los valores se enumeran para cada hora de cada mes, cuando la exposición al sol fue directa en condiciones de cielo despejado. El valor más bajo se observó a las 14 horas en junio y julio, cuando la DEM se alcanzó en 18 minutos.

La exposición excesiva a la radiación UV que sufren los trabajadores al aire libre sigue siendo un problema de salud laboral1. La radiación UV es la principal causa de tumores cutáneos malignos y también del fotoenvejecimiento. En personas de piel clara, es responsable de 50-70% de los carcinomas de células escamosas y de 50-90% de los carcinomas de células basales7. También se ha encontrado una fuerte asociación positiva con el desarrollo de melanoma en trabajadores al aire libre que reciben una elevada exposición a la radiación UV8.

El uso óptimo de protectores solares aplicados de forma rutinaria se asoció con una disminución del riesgo de melanoma9,10. Sin embargo, el uso de medidas para reducir la exposición a la radiación UV de los socorristas, como sombreros, ropa específica, protectores solares y gafas de sol, no está universalmente aceptado y se utiliza de forma irregular, dependiendo del empleador.

La mayoría de los socorristas corren un mayor riesgo de exposición excesiva al sol y de quemaduras solares, y reciben niveles de radiación UV que superan las directrices ocupacionales propuestas por la Comisión Internacional sobre Protección frente a Radiaciones No Ionizantes11.

Frecuentemente, vemos que los socorristas de las playas españolas no utilizan trajes de baño que cubran la mayor parte del cuerpo, gafas o gorras protectoras. Como resultado, reciben altos niveles de exposición a la radiación UV en el lugar de trabajo4. Varios autores han descrito esta mayor exposición de los socorristas a la radiación UV3,11.

En el presente trabajo analizamos específicamente la radiación UV que reciben los socorristas de Barcelona en sus sillas de trabajo. La silla es elegida por la empresa que contrata a los socorristas, y está especialmente seleccionada para reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el trabajo. Uno de los factores más importantes a tener en cuenta es la protección frente a la radiación UV, disminuyendo así la incidencia del cáncer de piel. Sin embargo, muchas de las sillas de los socorristas tienen zonas totalmente expuestas al sol en diferentes momentos del día.

En 2009, Gies et al.11 informaron de la exposición a la radiación UV recibida por socorristas que trabajaban en piscinas. Observaron que más de 74% recibía una radiación UV superior a los valores recomendados para la exposición ocupacional. Estuvo expuesto 39% a más de cuatro veces el límite, y 65% de esta exposición fue suficiente para inducir quemaduras solares11. En este estudio, no se analizó la exposición en la silla de trabajo.

Persiste la idea de que «la gente es más atractiva si se broncea»2. Las encuestas realizadas a socorristas han confirmado esta concepción de la belleza12. Otro concepto que muchos trabajadores no tienen claro es que para alcanzar niveles saludables de producción de vitamina D se requiere aproximadamente un tercio del tiempo de exposición necesario para producir DEM3. En este sentido, es mucho lo que los dermatólogos pueden aportar a la formación de los trabajadores al aire libre.

Para fomentar la aplicación de estas medidas preventivas, son necesarios estudios que evalúen la exposición a la radiación UV en los socorristas13.

En nuestro estudio, descubrimos que la exposición a la radiación UV entre los socorristas de Barcelona supera con creces los límites de seguridad. Estos trabajadores, por tanto, tienen un alto riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer de piel, tanto no melanoma, como melanoma4.

Nuestros resultados son relevantes porque estos altos valores de exposición a la radiación UV se tomaron en la silla de trabajo del socorrista, demostrando así la insuficiente protección que proporcionan. Es responsabilidad del empresario llevar a cabo programas de formación y otorgar elementos de trabajo dirigidos a reducir la exposición a la radiación UV a niveles seguros. Con base en estos resultados, creemos que es fundamental informar a los empresarios sobre la necesidad de utilizar sillas de trabajo seguras para la salud de los socorristas. La falta de fotoprotección adecuada ha sido descrita por muchos trabajadores al aire libre, incluyendo, además de los socorristas, a paisajistas, los agricultores, los pescadores y los guías de montaña, entre otros14. Sanlorenzo et al.5 demostraron que los pilotos de líneas aéreas y la tripulación de cabina tienen una elevada exposición a la radiación. Observaron que el parabrisas del avión bloqueaba los rayos UVB pero no los UVA.

Sin embargo, sigue siendo necesario realizar estudios para establecer recomendaciones sobre los límites de dosis de UV en relación con la ocupación. Estos deberían incluir mediciones más precisas en el lugar de trabajo. Basándonos en nuestros resultados, sugerimos dar prioridad a los dos aspectos siguientes: se debe optimizar la silla del socorrista y se debe promover y/o hacer obligatorio el uso de medidas de fotoprotección, es decir, gorro y ropa de protección solar.

Creemos que una mejor protección contra los rayos UV en los puestos de trabajo de los socorristas es necesaria para proporcionar un entorno de trabajo seguro. Recomendamos encarecidamente el uso de ropa adecuada, protectores solares y revisiones periódicas de la piel de los socorristas. Esperamos que las sillas de trabajo mejoren las condiciones de fotoprotección de estos grupos vulnerables de trabajadores. Asimismo, creemos que es necesario seguir investigando en este campo para mejorar las medidas de fotoprotección en el lugar de trabajo.

Este estudio evaluó la radiación recibida durante un solo día de trabajo. Sin embargo, se realizaron 72 mediciones de la radiación UV, un número muy superior al de la mayoría de los trabajos publicados. Solo se evaluaron cuatro puestos de trabajo, sin embargo, la descripción de la radiación UV recibida en la silla de trabajo proporciona datos inéditos que pueden mejorar la salud de los trabajadores.

Aunque se conocen los riesgos de la radiación UV, muchos trabajadores al aire libre reciben actualmente dosis perjudiciales para su salud. La silla de trabajo utilizada por muchos socorristas es elegida para su estudio por personas formadas en salud laboral. A pesar de ello, hemos podido demostrar la insuficiente protección que tienen frente a la radiación UV.

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.